Pontificia, Real, Ilustre, Franciscana y Muy Antigua Hermandad del Santo Rosario de la Divina Pastora de las Almas y Redil Eucarístico -CANTILLANA-

sábado, 23 de enero de 2016

Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo y Purificación de Nuestra Señora


El próximo día 6 de febrero nuestra Hermandad realizará su tradicional peregrinación a la Ermita, con motivo de la Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo y Purificación de Nuestra Señora, la Fiesta del encuentro con el Señor, como la ha definido S.S. el Papa Francisco, donde los más jóvenes se presentarán a la Virgen, y se les impondrá la medalla de la Hermandad.

Para ello, convocamos a todos los hermanos y devotos a las 4,30 de la tarde, en la Parroquia, donde tendremos ocasión de ponernos en presencia del Señor y pedirle que este encuentro sea fructífero para todos nosotros. Ofreceremos nuestra peregrinación por todos los niños y jóvenes que sufren en el mundo, los enfermos, los que padecen hambre y sufren los horrores de la guerra, para que Cristo,el Buen Pastor, los consuele y alivie en su dolor, pidiendo también a la Divina Pastora que los proteja con su inefable amor de Madre. 

Agradecemos a nuestro Párroco y Director Espiritual, don Antonio Guerra Milla, la oportunidad que nos brindó el año pasado, en la que pudimos disfrutar, de manera excepcional, de la presencia de la Imagen del Divino Pastor en esta Fiesta, en la que los jóvenes de nuestra Hermandad pudieron portarlo y llevarlo hasta nuestra Ermita. Desde aquí nuestro agradecimiento, apoyo y respeto a nuestro Párroco.

Pedimos a Nuestro Señor y a la Santísima Virgen, Divina Pastora de nuestras Almas, por los frutos de esta peregrinación, que seamos capaces de dar testimonio de vida cristiana y seamos luz del mundo y sal de la tierra.

jueves, 21 de enero de 2016

Memoria gráfica (VIII)

























El paso se encuentra en la esquina de la calle Veredas, rodeado de una multitud pndiente del fogonazo de la cámara de Sánchez del Pando. El padre Juan Bautista de Ardales, provincial de los capuchinos de Andalucía, participó de las fiestas de 1927, y dejó escrito: "El típico rosario de la víspera es algo inenarrable, en la Función de la fiesta de la Pastora ha de predicar uno de los mejores oradores de España, y la procesión de la noche con la imagen entre arcos de flores y luces, y el clamoreo de la gente del pueblo, es algo tan emotivo y fantástico que se recuerda como un sueño o visión". 
Foto: Sánchez del Pando, 1927

martes, 12 de enero de 2016

Triduo al Beato Marcelo Spínola


LA PONTIFICIA, REAL, ILUSTRE, FRANCISCANA Y MUY ANTIGUA
HERMANDAD DEL SANTO ROSARIO DE LA
Divina Pastora de las Almas
Y REDIL EUCARÍSTICO, 
fundada en el año del Señor de 1720 por el V. P. fray Isidoro de Sevilla, erigida y establecida canónicamente, y con la aprobación del Real y Supremo Consejo de Castilla, en la Iglesia Parroquial de esta villa, donde posee capilla propia, adherida espiritualmente con carta de Hermandad a la Orden Capuchina y de la que es Hermano Mayor Honorario S. M. Don Juan Carlos I, Rey de España,
 celebrará en cumplimiento de sus Reglas
DEVOTO TRIDUO
en honor de su muy querido Hermano Mayor Perpetuo el
Beato Marcelo Spínola  y Maestre,
Cardenal Arzobispo de Sevilla, 
durante los días
15, 18 y 19 de enero.
Los cultos tendrán lugar en la Iglesia Parroquial de esta Villa, en el altar de la Divina Pastora, dando comienzo a las 7 de la tarde, con el siguiente orden:
Rezo del Santo Rosario, Letanías a la Divina Pastora, Ejercicio del Triduo y Santa Misa.
A la terminación de la Santa Misa se cantará la Salve a la Divina Pastora.

El día 19 a las 7 de la tarde tendrá lugar la
FUNCIÓN SOLEMNE
Oficiada por nuestro párroco y director espiritual el
Rvdo. Sr. D. Antonio Guerra Milla, Pbro.

Al terminar la Santa Misa de ese día, se dará a besar la sagrada reliquia del Beato que custodia esta Hermandad, la cual se hallará expuesta durante los días del triduo a la pública veneración de todos los fieles en el altar de la Divina Pastora.

CANTILLANA                                                                         ENERO 2016

miércoles, 6 de enero de 2016

Ante la Solemnidad de la Epifanía

Queridos hermanos y hermanas:

Feliz año nuevo para todos los cristianos de Sevilla y para todos los sevillanos.  El pasado viernes, día 1 de enero, hemos comenzado el nuevo año celebrando la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Hemos iniciado, pues, el nuevo año de la mejor forma posible, de la mano de Virgen. La liturgia ha colocado esta solemnidad en el corazón de la Navidad, reconociendo así el papel decisivo de María en el misterio que en estos días celebramos. A ella, que hace posible la encarnación y el nacimiento del Señor, le pido para todos vosotros que el año 2016 sea verdaderamente un año de gracia, de verdadera renovación de nuestra vida cristiana, en el que experimentemos la misericordia de Dios y procuremos difundirla a nuestro alrededor en el Año Jubilar de la Misericordia. Con palabras de la primera lectura de la Eucaristía de esta solemnidad os deseo a todos que en el nuevo año que el Señor nos concede, “el Señor os bendiga y os proteja, ilumine su rostro sobre vosotros y os conceda su favor; [que] el Señor se fije en vosotros y os conceda la paz” (Núm 6,24-26).

El próximo miércoles, 6 de enero, celebraremos la solemnidad de la Epifanía del Señor. Todos recordamos con nostalgia las noches de Reyes de nuestra infancia. Aun hoy, lejos ya de la ingenuidad in­fantil, seguimos disfrutando con la ilusión de los niños y el colorido de las cabalga­tas. Los regalos que hacemos o nos hacen en Navidad y Reyes enlazan perfectamente con el significado de estos días, porque son un signo, pálido e imperfecto, del gran don que Dios nos hace con el nacimiento de su Hijo. Los regalos nos recuerdan este don, por el que tenemos que ser agradecidos, entregando generosamente nuestras vidas al servicio del Señor y de nuestros hermanos, imitando al Señor, que se nos da, que se hace don y gracia para todos.
Epifanía significa manifestación de Dios. En la Historia de la Salvación, Dios se ha ido manifestando poco a poco. Al principio, a través de la creación, de la nube que guía al pueblo judío en su peregrinación por el desierto, del maná, las tablas de la ley, el arca de la alianza y el templo, lugar de encuentro de Israel con Dios. Después, Dios se revela por medio de los profetas. Con el naci­miento de Jesús,  comienza la etapa definitiva de la manifestación plena de Dios a la hu­manidad. Desde entonces nos habla, se nos hace cercano y accesible no a través de intermediarios, sino por medio de su Hijo, que se hace uno de nosotros.

En su nacimiento histórico hace 2000 años, Jesús se manifestó primero al pueblo de Israel representado por José, María y los pastores. Pero el Señor vino para toda la humanidad, representada por los Magos. Estos personajes misteriosos, originarios de culturas dis­tintas de la de Israel, simbolizan la voluntad salvífica universal de Dios en la encarnación y el nacimiento de su Hijo. Por ello, la Epifanía, manifestación de Dios a los pueblos gentiles, es nuestra fiesta. En las personas de los Reyes Magos está prefigurada la humanidad entera. El mis­terio revelado en primer término a los más ínti­mos y cercanos, se abre también a nosotros y a todos los hombres. Que en estos días, al mismo tiempo que contemplamos el misterio del Dios hecho niño, le agradezcamos con emoción el don de la fe que recibimos el día de nuestro bautismo, la auténtica y verdadera manifestación de Dios en nuestras vidas.
La Epifanía es la fiesta de la universalidad de la salvación que Jesucristo ofrece a todos los hombres y mujeres de todas las épo­cas y lugares. Nadie está excluido del plan salvador de Dios, sea alto o bajo, joven o anciano, rico o pobre, sabio o iletrado. Por ello, la Epifanía exige de nosotros colaborar con el plan de Dios, hacer que Dios sea conocido, reconoci­do, adorado y glorificado por todos los hombres. La Epifanía, junto con Pentecostés, es la gran fiesta de la misión universal de la Iglesia, una fiesta de una intensa tonalidad apostólica y misionera.

En esta fiesta celebramos las Jornadas del Catequista nativo y del Instituto Español de Misiones Extranjeras. En ellas recordamos con afecto y encomendamos en nuestra oración a los catequistas laicos que colaboran con los misioneros en la evangelización. Recordamos también a los sacerdotes diocesanos españoles que, habiéndolo dejado todo, anuncian el Reino de Jesús en la vanguardia misionera. La mejor manera de agradecer a Dios su manifestación en Jesucristo y el regalo de la fe es renovar nuestro compromiso misionero, de modo que la manifestación que co­menzó con la adoración de los Magos, siga extendiéndose al mundo entero con nuestra colaboración, con nuestra palabra y con nuestro testimonio, compartiendo con nuestros hermanos nuestro mejor tesoro, Jesucristo.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. Feliz año nuevo, feliz día de Reyes.

        + Juan José Asenjo Pelegrina
         Arzobispo de Sevilla

viernes, 1 de enero de 2016

Solemnidad de Santa María Madre de Dios


María Madre de Dios 
La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María. La fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente es la de "María Madre de Dios". Ya en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa, en tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: "María, Madre de Dios".

Si nosotros hubiéramos podido formar a nuestra madre, ¿qué cualidades no le habríamos dado? Pues Cristo, que es Dios, sí formó a su propia madre. Y ya podemos imaginar que la dotó de las mejores cualidades que una criatura humana puede tener.

Pero, ¿es que Dios ha tenido principio? No. Dios nunca tuvo principio, y la Virgen no formó a Dios. Pero Ella es Madre de uno que es Dios, y por eso es Madre de Dios.

Y qué hermoso repetir lo que decía San Estanislao: "La Madre de Dios es también madre mía". Quien nos dio a su Madre santísima como madre nuestra, en la cruz al decir al discípulo que nos representaba a nosotros: "He ahí a tu madre", ¿será capaz de negarnos algún favor si se lo pedimos en nombre de la Madre Santísima?

Al saber que nuestra Madre Celestial es también Madre de Dios, sentimos brotar en nuestro corazón una gran confianza hacia Ella.

Cuando en el año 431 el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso (la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años) e iluminados por el Espíritu Santo declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios". Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

El título "Madre de Dios" es el principal y el más importante de la Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos y cualidades y privilegios que Ella tiene.

Los santos muy antiguos dicen que en Oriente y Occidente, el nombre más generalizado con el que los cristianos llamaban a la Virgen era el de "María, Madre de Dios".

 (Fuente: www.ewtn.com)