Las fiestas en honor de la Divina Pastora
Los cultos que esta Hermandad celebra a lo largo del
año son numerosos, y la importancia de estos en toda la comarca hace que
anualmente se vayan incrementando en asistentes, solemnidad y suntuosidad.
Todos los cultos celebrados por esta Hermandad tienen lugar en el templo
parroquial de Cantillana, lugar muy espacioso que da cabida al gran número de
hermanos y devotos que anualmente asisten a las celebraciones principales de la
Institución, como son la Fiesta del día 8 (novena, función principal de
instituto, rosarios públicos y procesión nocturna con la Divina Pastora) y la
Romería al Santuario de la Divina Pastora, estas son conocidas como las Fiestas
Mayores.
La gran cantidad de cultos celebrados por esta
Institución, hace que la preparación de unos se solapen con la de otros, pero
esto es síntoma de lo vivo de esta Hermandad dentro de su ámbito de influencia:
La Vega, la provincia de Sevilla y toda Andalucía Occidental, aunque también es
frecuente la asistencia a las fiestas de septiembre de personas ajenas a
nuestra comunidad autónoma.
Con estos cultos, la Hermandad fomenta la oración,
tanto privada como pública, la asistencia a la Santa Misa y la práctica
frecuente de los sacramentos y la caridad, dentro de las Normas Litúrgicas en
vigor. Como actividades secundarias de la Hermandad, pero incluidas también
dentro del marco de su finalidad específica, y que complementan a las
anteriores, cabría destacar la organización, a escala institucional, de ciclos
de conferencias formativas, exposiciones, proyecciones, conciertos, recitales,
actos de exaltación de sus más importantes celebraciones, peregrinaciones y
asistencia corporativa a los actos oficiales de otras entidades, entre otras
numerosas actividades religiosas formativas y culturales en las que se hace
patente la convivencia y confraternidad entre todos los hermanos.
Rosarios públicos
Uno de los cultos con que más se identifica esta
Hermandad, es la celebración de Rosarios públicos cantados, este es el culto que
durante todo el siglo XVIII y hasta principios del XX celebró esta Corporación
con más asiduidad, en principio su frecuencia era semanal y paulatinamente se
fue distanciando más la celebración de este tipo de actos públicos. Debido a lo
frecuente de estos la Hermandad posee un total de cuatro simpecados con la
Divina Pastora que hoy en día se identifican con cada una de las celebraciones
que la Hermandad celebra a lo largo del año. Los Rosarios son, como el resto de
los cultos, de asistencia muy elevada, pudiendo congregarse para estos más de
600 personas. La forma en que estos salen a la calle es la primitiva: cruz de
guía, faroles y el simpecado con la representación de la Divina Pastora. En
principio y hasta mitad del siglo XX estos eran de mujeres, solo se incorporan
los hombres a alguno de estos Rosarios tras la creación en la Hermandad del
Redil Eucarístico. A continuación se relacionan los Rosarios públicos que esta
Institución celebra durante todo el año:
Rosario de la Aurora. Se celebra
siempre el tercer domingo de mayo, conmemorando la fiesta litúrgica de la Madre
del Buen Pastor. El Rosario sale de la parroquia a las 7 de la mañana y a el
asisten todos los hermanos y hermanas que lo deseen, que acompañan con velas al
simpecado rojo de mediados del XIX que porta la pintura fundacional de esta
Hermandad. El Rosario, en el que se van cantando las avemarías, concluye con la
Santa Misa a la llegada del mismo al Santuario de la Divina Pastora, a 2,5 km
de Cantillana.
Rosario de la Víspera y Rosario de
la última noche de Novena. Son los Rosarios más lujosos y con más antigüedad
que se celebran en la Hermandad, estos se celebran el 7 de septiembre y el
último día del novenario a la Pastora. Estos Rosarios salen y entran en la
iglesia parroquial, haciendo un recorrido por las calles de la Villa, toda
engalanada con motivo de las fiestas mayores. A el acuden exclusivamente las
hermanas de la corporación, siendo estos los únicos Rosarios que se celebran
siguiendo esta norma inicial, todas van tocadas con las clásicas peineta y
mantilla, la cual es blanca o cruda en el caso de las muchachas y negra para
las señoras casadas. Las mujeres acompañan el simpecado blanco de la Divina
Pastora, confeccionado en tisú de plata bordado en oro, confeccionado en 1800
aproximadamente, con motivo de verse Cantillana libre de la fiebre amarilla que
azotó las provincias de Sevilla y Cádiz en esos años. Es espectacular ver las
calles profusamente decoradas, siendo recorridas por más de cuatrocientas
señoras y señoritas con mantilla. Para estos Rosarios el simpecado es
acompañado por dos bandas de música.
Rosario preparatorio de la Romería. Se celebra
el jueves anterior a la Romería, a este asisten hombres y mujeres portando
velas. Es normal, por la cercanía de la romería, que las mujeres lleven el
típico mantón de Manila. Este comienza y termina en la parroquia cantillanera,
el simpecado rojo de la Divina Pastora recorre las calles de Cantillana
acompañado por los sones camperos de dos tamborileros y en el los misterios son
cantados por el coro flamenco de la Hermandad. El Rosario comienza al
atardecer.
Rosario por la Aldea de la Divina
Pastora. En la
medianoche del sábado de Romería, el simpecado verde bordado en oro, con el
ovalo en plata cincelada de la Divina Pastora, recorre las calles de la aldea
de la Divina Pastora. Es el único Rosario que entra y sale del Santuario
pastoreño. A el asisten todos los hermanos y hermanas portando velas y
vistiendo el típico traje corto andaluz y el traje de flamenca. El simpecado de
la virgen hace el recorrido acompañado por luces de bengalas y los sones del
tamborilero.
La celebración principal de la Institución y más popular de la villa
de Cantillana, se celebra entorno al día 8 de septiembre, fiesta de la Natividad
de la Santísima Virgen María. En la mañana de este día tiene lugar una
Solemnísima Función, la Principal de este Instituto, en la que los hermanos,
hacen pública Protestación de Fe en los dogmas y verdades que cree y enseña la
Iglesia Católica, así como la renovación del Voto de defender la Realeza
Universal de la Virgen, realizado por primera vez en el mundo, por la Hermandad
pastoreña de Cantillana y otras, el 26 de noviembre de 1950. Esta Función
Religiosa, se convierte anualmente en el culto interno más multitudinario de
Cantillana y su comarca, apareciendo el Templo Parroquial, uno de los mayores
del territorio, abarrotado, literalmente, de fieles.
Este mismo día, al anochecer, sale en procesión
solemne desde la Parroquia, la venerada imagen de la Divina Pastora,
recorriendo entre el fervor de sus hijos las principales calles de la villa,
profusamente decoradas con banderas, luces y arcos triunfales para la ocasión.
El punto culminante de la procesión, tiene lugar en la popular calle de Martín Rey,
donde la Virgen es descubierta de su sombrero de Pastora por un Sacerdote, ante
el entusiasmo enfervorizado de todo su pueblo. Esta procesión se convierte en
el principal culto externo que celebra la Hermandad, siendo elevadísimo el
número de asistentes en todo momento.
En torno al día 8, se celebra desde antiguo devota y
Solemne Novena en honor a la Pastora de las Almas, dando comienzo el primer
sábado de septiembre para finalizar el segundo domingo. Estos cultos tienen
lugar en el Altar Mayor de la Parroquia, instalándose delante de su retablo el
llamado Risco. Todo el Templo, a su vez, es exornado con ricas colgaduras de
damasco y terciopelo rojo, gran número de arañas de cristal y otros valiosos
enseres. El orden de estos cultos es el siguiente: rezo del Santo Rosario,
Preces de la Novena a la Divina Pastora, compuesta para la Hermandad por el
Presbítero don Juan Bautista Romero y Gante, y a continuación celebración de la
Santa Misa con homilía. Los sermones, corren cada año a cargo de los más celebres
oradores de la región. El segundo día de Novena —domingo— tiene lugar la
Exposición Mayor con S. D. M. y Bendición Solemne.
La víspera de la fiesta principal y el día último de
la Novena, finalizada ésta, tiene lugar el tradicional Santo Rosario de hermanas,
por las principales calles del pueblo, este es el culto fundacional de la
Hermandad, y se desarrolla de la misma forma que en sus orígenes. En él es
portado el Simpecado o Estandarte de la Divina Pastora, al que acompañan largas
filas de hermanas ataviadas con la clásica mantilla española.
El último día de Novena, y como culminación de estos
cultos, tiene lugar, también, y antes que el citado Rosario, una Procesión
Eucarística con su Divina Majestad bajo palio y las insignias de la Hermandad,
por las calles adyacentes a la Parroquia.
Los orígenes de este montaje efímero, se remontan al
XVIII. Su instalación se efectúa para la celebración de la novena anual a la
Divina Pastora y su Función Principal. Este es un altar propiamente pastoreño, nace
con la aparición de la devoción a la Virgen como Divina Pastora de las Almas y
se montaba en el XVIII para los cultos de estas Hermandades en la provincia
sevillana. En Cantillana se instala ininterrumpidamente desde esta lejana
fecha, existiendo constancia de su montaje en los primeros documentos de esta
Institución.
Para la instalación del Risco el retablo mayor es
cubierto por un enorme lienzo pintado, que simula un paisaje, y que se
descuelga desde la bóveda del presbiterio, formándose delante un monte o risco,
decorado con plantas aromáticas y flores, y enriquecido con objetos de plata y
orfebrería, sobre el cual aparece la imagen de la Divina Pastora bajo frondoso
árbol.
El Risco es toda una representación alegórica de la
santísima Virgen y las praderas celestiales, así como una idealización del
pastoreo místico de María.
Todo el Risco aparece decorado con elementos que nos
recuerdan las letanías del Rosario. Este aparece salpicado de ovejas (almas)
que caminan hacia su cima, simulando el camino del cielo, el camino de la
salvación. En un lateral también es representado San Miguel Arcángel salvando
las ovejas de las garras del demonio, el pecado.
Como clausura de los cultos que la Hermandad de la
Divina Pastora de las Almas celebra en septiembre, el último fin de semana de
este mes, tiene lugar la tradicional y típica Romería al Santuario de la Divina
Pastora, Ermita propiedad de la Institución situada en el pago de Los Pajares,
del término municipal de Cantillana.
El sábado, a primeras horas de la mañana, sale desde
la Parroquia la carreta de plata de la Hermandad, portando el Simpecado de la
Divina Pastora o su imagen en los años que así lo establecen las Reglas,
acompañada de miles de romeros y cientos de caballistas, ataviados con trajes
típicos, que convierten a este culto externo de la Hermandad, en la celebración
más multitudinaria y afamada de la comarca. La comitiva, de más de un kilómetro
de extensión, se encamina hacia el Santuario, entre el entusiasmo de los pastoreños,
el canto de sevillanas, y las oraciones, como el Ángelus, en Martín Rey, y la
Salve, al paso por el río Viar. Una vez llegados los romeros conviven en la
aldea, hasta la tarde del día siguiente, en un ambiente festivo de
confraternidad. A las 9 de la noche son recibidas en las puertas de la Ermita,
por la Hermandad Cantillanera, las Hermandades pastoreñas de otros puntos de
Andalucía que asisten invitadas a la Romería. Posteriormente, a las 12 de la
noche, tiene lugar la celebración del Santo Rosario cantado por las calles de
la aldea, en el que participan las Hermandades pastoreñas invitadas, y que
preside la Hermandad cantillanera con el estandarte de la Divina Pastora.
A las 11 de la mañana del domingo tiene lugar, en la
Ermita, la Solemne Misa de Romeros, punto culminante de la Romería, a la que
asisten gran número de peregrinos, y que es amenizada con cantos de la tierra
por el Coro de la Hermandad. La vuelta al pueblo tiene lugar a la caída de la
tarde de este día, iluminándose con bengalas de colores y fuegos de artificio,
el paso de las carretas por el vado del río Viar y la entrada triunfal en el
pueblo, sobre las 10 de la noche, donde la comitiva es recibida por bandas de
música. Más tarde, en la plaza principal de la villa, tiene lugar una multitudinaria
ofrenda floral de todos los caballistas que han acompañado a la Virgen.
Finalmente, sobre la 1 de la madrugada, se produce la entrada en el Templo
Parroquial, donde la imagen de la Divina Pastora esta expuesta, en el Camarín
de su Capilla, en devoto Besamanos.
