PRIMERA SECCIÓN
LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
218. ¿Qué es la liturgia?
La liturgia es la celebración del Misterio de Cristo y en
particular de su Misterio Pascual. Mediante el ejercicio de la función
sacerdotal de Jesucristo, se manifiesta y realiza en ella, a través de signos,
la santificación de los hombres; y el Cuerpo Místico de Cristo, esto es la
Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público que se debe a Dios.
219. ¿Qué lugar ocupa la liturgia en la vida de la Iglesia?
La liturgia, acción sagrada por excelencia, es la cumbre hacia
la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que
emana su fuerza vital. A través de la liturgia, Cristo continúa en su Iglesia,
con ella y por medio de ella, la obra de nuestra redención
220. ¿En qué consiste la economía sacramental?
La economía sacramental consiste en la comunicación de los
frutos de la redención de Cristo, mediante la celebración de los sacramentos
de la Iglesia, de modo eminente la Eucaristía, «hasta que él vuelva» (1 Co
11, 26)
CAPÍTULO PRIMERO
LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
221. ¿De qué modo el Padre es fuente y fin de la liturgia?
En la liturgia el Padre nos colma de sus bendiciones en el Hijo encarnado,
muerto y resucitado por nosotros, y derrama en nuestros corazones el Espíritu
Santo. Al mismo tiempo, la Iglesia bendice al Padre mediante la adoración, la
alabanza y la acción de gracias, e implora el don de su Hijo y del Espíritu
Santo.
222. ¿Cuál es la obra de Cristo en la Liturgia?
En la liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza
principalmente su misterio pascual. Al entregar el Espíritu Santo a los
Apóstoles, les ha concedido, a ellos y a sus sucesores, el poder de actualizar
la obra de la salvación por medio del sacrificio eucarístico y de los
sacramentos, en los cuales Él mismo actúa para comunicar su gracia a los
fieles de todos los tiempos y en todo el mundo.
223. ¿Cómo actúa el Espíritu Santo en la liturgia respecto de
la Iglesia?
En la liturgia se realiza la más estrecha cooperación entre el Espíritu Santo
y la Iglesia. El Espíritu Santo prepara a la Iglesia para el encuentro con su
Señor, recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes,
hace presente y actualiza el Misterio de Cristo, une la Iglesia a la vida y
misión de Cristo y hace fructificar en ella el don de la comunión.