Pontificia, Real, Ilustre, Franciscana y Muy Antigua Hermandad del Santo Rosario de la Divina Pastora de las Almas y Redil Eucarístico -CANTILLANA-

viernes, 29 de diciembre de 2017

Necrológica

En la tarde de hoy hemos recibido la triste noticia del fallecimiento en Granada de fray Miguel de Cantillana, hijo de este pueblo, destacado devoto de la Divina Pastora y gran benefactor de nuestra hermandad. Desde aquí trasladamos el pésame a su familia, a la vez que elevamos oraciones por el eterno descanso de su alma, rogando a Dios que le admita en su seno, y a la Divina Pastora, a quien tanto quiso, que le permita seguir viviendo con ella en el risco del cielo.

A lo largo de la mañana de este sábado, 30 de diciembre, se abrirá la capilla ardiente con sus restos mortales en nuestra Casa Hermandad, hasta su posterior traslado a la parroquia donde se celebrará el funeral por el eterno descanso de nuestro hermano.

Descanse en paz.

Fray Miguel de la Divina Pastora

Hace más de sesenta años, los niños de aquella época no sabíamos nada de los medios de comunicación. Hoy, ¡gracias a Dios!, tenemos la televisión, la radio, internet y otros tantos medios de información que nos acercan desde lugares muy distantes, las noticias y todo lo que es la riqueza de esta fraternidad universal, que es el mundo.

Como desde otros muchos conventos de capuchinos, desde el de sanlúcar de Barrameda también se extendió la devoción a la Divina Pastora. Esta advocación caló tanto en los corazones de sus gentes, que se tornó tan popular como lo eran el Castillo de Santiago o la Manzanilla. Tal era su calado que en aquellos tiempos, la hoy feria de Sanlúcar se la conocía como "de la Divina Pastora".

Pero los niños sanluqueños desconocíamos por completo cómo se la celebraba en otros pueblos y ciudades. El Convento de Capuchinos, (lugar que muchos visitábamos todos los domingos) y sobre todo sus frailes, se convirtieron en nuestros referentes de esa fraternidad universal que les mencionaba al principio. Ellos nos explicaban como la devoción a la Divina Pastora no era sólo una práctica en Sanlúcar, pues era celebrada en muchos lugares.

Por aquel tiempo, me refiero al año 1955 aproximadamente, solíamos acudir al convento, procedentes del colegio de la Salle, para hacer de acólitos en las fiestas. Un buen día llegó un joven postulante del pueblo de Cantillana. Aquél joven, guiado por la Divina Pastora , Madre del Buen Pastor, vino a Sanlúcar para seguir las huellas de san Francisco de Asís. De nombre Miguel, era un entusiasta, un fervoroso devoto de la Pastora Divina, como se dice en Cantillana. Él contaba en comunidad de qué forma tan peculiar y entusiasta se celebraban en su pueblo las fiestas pastoreñas.

Aquel muchacho joven de dieciocho años no podía hablar con los monaguillos, -era época donde la vida conventual y la formación era muy distintas a la de hoy-, pero él lo contaba a los otros hermanos capuchinos y ellos a su vez nos lo contaban a nosotros. así fui conociendo como Cantillana venera a la Madre de Dios, en su advocación de la Divina Pastora . Fray Miguel de Cantillana, aquel joven entusiasta es un capuchino que junto con su familia ha vivido para el mensaje pastoril, para la Madre de Dios, Pastora de las Almas. Basta con acercarse a él, para que te transmita su fervor a la Virgen María.

He tenido la ocasión de vivir con él en comunidad, en distintas épocas. Si pasas por su lado no es raro oírle recitar una cancioncilla, que es una oración a la Divina Pastora . En estos tiempos de crisis te dice: "la Pastora Divina nos sacará de todo esto; la Pastora Divina nos acompaña". Así podría compartir otros muchos recuerdos y conocimientos que fray Miguel me ha ido transmitiendo.

Recuerdo que siendo yo muy joven, casi un adolescente, coincidí con él en el Convento de Capuchinos de Córdoba, y cuando tenía ocasión me sacaba de paseo y me llevaba a alguna iglesia que otra, donde había imágenes de la Divina Pastora y me contaba la historia de aquella bendita imagen, o como cuando me llevó en otra ocasión a las ermitas de la Virgen de belén, un risco de ermitas, donde encontramos una imagen de la Pastora que había donado el Beato Diego José de Cádiz. A fray Miguel, seguidor del Beato capuchino, también cuando le ha llegado algo a sus manos relacionado con esta devoción, se lo ha donado a la Divina Pastora de Cantillana. Por eso, cuando le hace alguna ofrenda, lo hace con la bendición de esos santos capuchinos.

Tanto fray Miguel como su familia, especialmente su recordada madre, han sido y son apóstoles de la Madre de Dios en la advocación eminentemente capuchina de la Divina Pastora. Fray Miguel lleva más de sesenta años de entrega a Dios, quemando su vida al servicio generoso de Él y de su bendita Madre, de manera callada y silenciosa, sin hacerse notar, sin buscar honores ni distinciones.

Sé que su amor a la virgen y su cariño a su pueblo de Cantillana, le hace estar presente en todas las celebraciones que en su honor allí se tienen, participando en los cultos y colaborando en todo incondicionalmente.

Sirvan esta pequeña semblanza y las líneas que le siguen, como pequeño homenaje a fray Miguel, que pregona cada día con su vida el mensaje de la Divina Zagala y las glorias de Pastora tan divina.

" Madre celestial, cubierta con la pellica de la paz, en medio de corderillos en libertad, bajo la caricia umbrosa de almendro en flor; la Pastora Divina puebla nuestra imaginación de aires campestres; esquilas de plata en los luceros del atardecer; tomillo y retama, inciensos de la montaña; flores del prado que exhalan su canción de primavera; rebaños de nubecillas juguetonas en el horizonte de la tarde estival... Es como si la creación toda formara una sola voz para aclamarla Pastora Soberana. Ella es la Pastora de nuestros campos. Reina de lo sencillo, como su atuendo, de lo agreste como su cayado. Y será siempre Pastora allí donde retocen alegres niñas en almas adultas. allí donde el hombre compone verso a verso el poema de su existencia... Allí donde cada amanecer es la inédita canción de Dios... Es Pastora de aquellos que caminan por la vida a la intemperie, ricos de esperanzas, dueños del día y de la noche y de su propia libertad. Pastora de aquellos a quienes rozó el misterio de una llamada como un breve batir de alas; y en la noche de su espíritu, buscaron las sendas del aprisco. Porque "ellos conocen su voz y le siguen". También la Pastora "conoce a sus ovejas" y "llama a cada una por su nombre".

Madre Divina del Buen Pastor. ampáranos, protégenos con tu manto y sigue rogando a Dios por todas las ovejas de tu rebaño y por la Orden Capuchina que te aclama como patrona de todas sus misiones.


Fray José de Sanlúcar, Hermano Capuchino. (Cantillana y su Pastora, 2012)