66. ¿En qué sentido el hombre es creado «a imagen de
Dios?»
El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de
que es capaz de conocer y amar libremente a su propio Creador. Es la única
criatura sobre la tierra a la que Dios ama por sí misma, y a la que llama a
compartir su vida divina, en el conocimiento y en el amor. El hombre, en cuanto
creado a imagen de Dios, tiene la dignidad de persona: no es solamente algo,
sino alguien capaz de conocerse, de darse libremente y de entrar en comunión
con Dios y las otras personas.
67. ¿Para qué fin ha creado Dios al hombre?
Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido
creado para conocer, servir y amar a Dios, para ofrecer en este mundo toda la
Creación a Dios en acción de gracias, y para ser elevado a la vida con Dios en
el cielo. Solamente en el misterio del Verbo encarnado encuentra verdadera luz
el misterio del hombre, predestinado a reproducir la imagen del Hijo de Dios
hecho hombre, que es la perfecta «imagen de Dios invisible» (Col 1, 15).
68. ¿Por qué los hombres forman una unidad?
Todos los hombres forman la unidad del género humano por el
origen común que les viene de Dios. Además Dios ha creado «de un solo
principio, todo el linaje humano» (Hch 17, 26). Finalmente, todos tienen un
único Salvador y todos están llamados a compartir la eterna felicidad de Dios.
69. ¿De qué manera el cuerpo y el alma forman en el
hombre una unidad?
La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y
espiritual. En el hombre el espíritu y la materia forman una única naturaleza.
Esta unidad es tan profunda que, gracias al principio espiritual, que es el
alma, el cuerpo, que es material, se hace humano y viviente, y participa de la
dignidad de la imagen de Dios.
70. ¿Quién da el alma al hombre?
El alma espiritual no viene de los progenitores, sino que es
creada directamente por Dios, y es inmortal. Al separarse del cuerpo en el
momento de la muerte, no perece; se unirá de nuevo al cuerpo en el momento de
la resurrección final.
71. ¿Qué relación ha establecido Dios entre el hombre y
la mujer?
El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual
dignidad en cuanto personas
humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca
complementariedad en cuanto varón y mujer. Dios los ha querido el uno para el
otro, para una comunión de personas. Juntos están también llamados a transmitir
la vida humana, formando en el matrimonio «una sola carne» (Gn 2, 24), y a
dominar la tierra como «administradores» de Dios.
72. ¿Cuál era la condición original del hombre según el
designio de Dios?
Al crear al hombre y a la mujer, Dios les había dado una
especial participación de la vida divina, en un estado de santidad y justicia.
En este proyecto de Dios, el hombre no habría debido sufrir ni morir.
Igualmente reinaba en el hombre una armonía perfecta consigo mismo, con el
Creador, entre hombre y mujer, así como entre la primera pareja humana y toda
la Creación.
La caída
73. ¿Cómo se comprende la realidad del pecado?
En la historia del hombre está presente el pecado. Esta
realidad se esclarece plenamente sólo a la luz de la divina Revelación y, sobre
todo, a la luz de Cristo, el Salvador de todos, que ha hecho que la gracia
sobreabunde allí donde había abundado el pecado.
74. ¿Qué es la caída de los ángeles?
Con la expresión «la caída de los ángeles» se indica que
Satanás y los otros demonios, de los que hablan la Sagrada Escritura y la
Tradición de la Iglesia, eran inicialmente ángeles creados buenos por Dios, que
se transformaron en malvados porque rechazaron a Dios y a su Reino, mediante
una libre e irrevocable elección, dando así origen al infierno. Los demonios
intentan asociar al hombre a su rebelión contra Dios, pero Dios afirma en
Cristo su segura victoria sobre el Maligno.
75. ¿En qué consiste el primer pecado del hombre?
El hombre, tentado por el diablo, dejó apagarse en su
corazón la confianza hacia su Creador y, desobedeciéndole, quiso «ser como
Dios» (Gn 3, 5), sin Dios, y no según Dios. Así Adán y Eva perdieron
inmediatamente, para sí y para todos sus descendientes, la gracia de la
santidad y de la justicia originales.
76. ¿Qué es el pecado original?
El pecado original, en el que todos los hombres nacen, es el
estado de privación de la santidad y de la justicia originales. Es un pecado
«contraído» no «cometido» por nosotros; es una condición de nacimiento y no un
acto personal. A causa de la unidad de origen de todos los hombres, el pecado
original se transmite a los descendientes de Adán con la misma naturaleza
humana, «no por imitación sino por propagación». Esta transmisión es un
misterio que no podemos comprender plenamente.
77. ¿Qué otras consecuencias provoca el pecado original?
Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana,
aun sin estar totalmente
corrompida, se halla herida en sus propias fuerzas
naturales, sometida a la ignorancia, al
sufrimiento y al poder de la muerte, e inclinada al pecado.
Esta inclinación al mal se llama concupiscencia.
78. ¿Qué ha hecho Dios después del primer pecado del
hombre?
Después del primer pecado, el mundo ha sido inundado de
pecados, pero Dios no ha
abandonado al hombre al poder de la muerte, antes al
contrario, le predijo de modo
misterioso –en el «Protoevangelio» (Gn 3, 15)– que el mal
sería vencido y el hombre
levantado de la caída. Se trata del primer anuncio del
Mesías Redentor. Por ello, la caída será incluso llamada feliz culpa, porque
«ha merecido tal y tan grande Redentor» (Liturgia de la Vigilia pascual).