Pontificia, Real, Ilustre, Franciscana y Muy Antigua Hermandad del Santo Rosario de la Divina Pastora de las Almas y Redil Eucarístico -CANTILLANA-

miércoles, 19 de marzo de 2014

Festividad del Patriarca San José, esposo de la Virgen María

"Si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen María, ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo semejante le debe a San José, después de ella, una especial gratitud y reverencia". 
San Bernardo de Siena.

San José. Iglesia parroquial
 de Cantillana
Como sabemos, la concepción del Verbo divino en las entrañas virginales de María se hizo en virtud de una acción milagrosa del Espíritu Santo, sin intervención alguna de San José. Lo dice expresamente el Evangelio y es uno de los dogmas fundamentales de nuestra fe católica: la virginidad perpetua de María.

Así es que hay que excluir en absoluto la paternidad física, pero se le ha dado a San José muchos diferentes títulos: padre nutricio, padre adoptivo, padre legal, etc...pero ninguna en sí define la plenitud de la misión de San José en la vida de Jesús. La que mas se le asemeja es padre virginal.

De hecho, San José ejerció sobre Jesús la función y los derechos que corresponden a un verdadero padre, del mismo modo que ejerció sobre María, virginalmente, las funciones y derechos de verdadero esposo. Ambas funciones constan en el Evangelio. Al encontrar al Niño en el Templo, la Virgen reclama a Jesús:"Hijo, porque has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, te buscábamos". María nombra a San José dándole el título de padre, prueba evidente de que San José era llamado así por el propio Jesús, pues miraba en José a un reflejo y una representación auténtica de su Padre Celestial.

Solo a un hombre tan puro y humilde como San José pudo encomendar el Señor la llamada de ser esposo de la Madre de Dios. Qué lazo tan sublime, formado por el Espíritu Santo; el más sagrado después del que une la humanidad con la divinidad en Cristo, o como el lazo que unía a María con Jesús.

El matrimonio de San José y de María Santísima está lleno de virtudes, de armonía de dos corazones que viven para amar primariamente a Dios y a su misión de ser padres del Dios hecho hombre. Abnegación profunda de estas dos vidas, la una para la otra, compartiendo los dolores y alegrías; las espinas, la pobreza, el amor, el respeto, santidad, luz, paz...

San José. Ermita de Ntra. Sra de la Soledad
 (Cantillana)
El matrimonio de José y María Santísima. fue real y verdadero, con una característica excepcional y singular (virginidad), pero así de excepcional y singular era la finalidad intentada por Dios con este matrimonio santísimo: salvaguardar la virginidad de María con la virginidad de San José. Veamos lo que nos dice un autor sobre San José: "María pertenece a José y José a la Santísima María; con tanta verdad, que su matrimonio es muy verdadero, puesto que se han entregado el uno al otro. Mas, ¿como se entregaron? En Pureza. Se entregan mutuamente su virginidad, y toda la fidelidad de este matrimonio consiste en guardar la virginidad del otro. La vida de estos esposos es como la de dos estrellas, mutuamente se iluminan con sus rayos dorados y plateados, pero sin nunca tener contacto.

Jamás matrimonio fue tan maravillosamente fecundo como este matrimonio virginal. El Espíritu Santo realizó el milagro de que la virginidad de María, amparada y salvaguardada por la virginidad de José, trajera al mundo nada menos que al Salvador, al Hijo de Dios, al deseado de las naciones, al Redentor de la humanidad, que se dignó someterse no solamente a María, su verdadera madre fisica, sino también a José, a quien respetaba y honraba con el dulcísimo nombre de padre.