Pontificia, Real, Ilustre, Franciscana y Muy Antigua Hermandad del Santo Rosario de la Divina Pastora de las Almas y Redil Eucarístico -CANTILLANA-

viernes, 1 de marzo de 2013

Peregrinación a Almonte



Este sábado 2 de marzo, a las 8 de la mañana, tendrá lugar desde la iglesia parroquial de Cantillana, sede fundacional de nuestra hermandad, la salida del simpecado de la Divina Pastora, con lo que se iniciará la peregrinación hasta la parroquia de Almonte, con motivo del Año Jubilar proclamado por S.S. Benedicto XVI. A esa hora estamos convocados todos los pastoreños, peregrinos o no, para que acompañemos todos juntos al simpecado de nuestra Divina Pastora en su recorrido por las calles de nuestro pueblo, como sólo nosotros sabemos hacer y con el fervor al que estamos acostumbrados.


Una vez llegados a Almonte, los peregrinos asistirán a la Santa Misa que se celebrará a las doce del mediodía ante la venerada imagen de Nuestra Señora del Rocío, siendo cantada por el coro de nuestra hermandad.

A la finalización de la Sagrada Eucaristía, los asistentes se desplazarán hasta la aldea del Rocío para la convivencia que tendrá lugar el resto de la jornada en la Casa Hermandad del Rocío de Sevilla.




El Año Jubilar en Almonte y El Rocío 

El pasado 15 de Agosto, el Excmo. y Rvdmo. Sr. José Vilaplana Blasco, Obispo de Huelva, daba solemne apertura del Año Santo Jubilar Mariano en El Rocío concedido por S.S. el Papa Benedicto XVI, con motivo de la celebración del Bicentenario del Rocío Chico, tras haber hecho su proclamación el domingo de pentecostés durante la misa del Real en la Aldea.

El Año Santo Jubilar en El Rocío se extenderá hasta el 8 de Septiembre de este año donde los peregrinos que visiten a Ntra. Sra. del Rocío podrán conseguir Indulgencia Plenaria


El Papa concede este Jubileo Extraordinario por petición expresa al Papa de José García, párroco de Almonte, y Juan Ignacio Reales, presidente de la Hermandad Matriz, con motivo de la celebración del Bicentenario de la proclamación del voto perpetuo de acción de gracias a la Santísima Virgen, que dio origen al Rocío Chico. Esto convierte a El Rocío en un referente para la cristiandad mundial, de una forma especial, mientras dura el Año Santo. Por este acontecimiento, el Santuario de Ntra. Sra. del Rocío se adscribe a la Basílica Papal de Santa María la Mayor, primer templo dedicado a la Santísima Madre de Dios, con lo que establece especial vínculo espiritual.
           
 Nuestro jubileo católico tiene su origen en el jubileo hebreo, en el Antiguo Testamento. Procede del hebreo "yobel", que significa cuerno de un carnero y procede de dicha palabra porque era el instrumento que se usaba para proclamar ante el pueblo que comenzaba el jubileo.
            
El Año Jubilar se establece en el libro del Levítico, que dice así: “Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresara a su familia” (Lev. 25, 10). Era un año muy especial para los hebreos. Se celebraba cada cincuenta años y era un año de fiesta, de alegría, pero sobre todo de misericordia, conversión y perdón, ya que era un año en el que la tierra era devuelta a sus antiguos propietarios, los esclavos eran liberados, se redimían todas las deudas y cada casa recuperaba a sus miembros ausentes.

 Será Bonifacio VIII el primer Papa que proclame un Jubileo Cristiano en el año 1.300. Para nosotros, los cristianos, el año jubilar también significa alegría y fiesta, porque celebramos la misericordia y el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Es el año de la misericordia y el perdón. Y es un año en el que la Iglesia, que por Jesús tiene el poder de las llaves, es decir, de administrar la gracia salvadora de Cristo a todos los hombres, ofrece la remisión de las penas de nuestros pecados si cumplimos una serie de exigencias o requisitos.

La Iglesia celebra tres tipos distintos de Jubileo:
 Ordinario: se celebra cada 25 años en toda la Cristiandad (en 2000 fue el último).
 Extraordinario: se proclama de forma extraordinaria por la celebración de un hecho destacado. En España se ha celebrado en Santiago de Compostela, Liébana (Cantabria), Utrera, Santo Domingo de La Calzada (La Rioja) y Canjáyar (Almería). Este año se incorpora a esta reducida lista El Rocío.
• “In perpetuum”: son Jubileos adscritos a zonas de peregrinación, que se celebran de forma periódica. Sólo existen 6 lugares en el mundo que reciben esta gracia: Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Caravaca de la Cruz y Urda.

En este año Santo Jubilar, el Papa ha otorgado a los cristianos que cumplan las exigencias que establece la Iglesia, la indulgencia plenaria, es decir, la remisión de todas las penas que hayamos cometido. Esta remisión la podemos aplicar por nosotros o por nuestros difuntos. Volvemos a recordar que no es el perdón de los pecados, de eso ya se encarga la confesión sacramental, sino de las penas que mereceríamos por ellos.


¿Cómo conseguir la Indulgencia Plenaria?

Para conseguir el Jubileo por medio de Ntra. Sra. del Rocío es necesario cumplir los siguientes preceptos entre el 15 de agosto de 2012 y el 8 de septiembre de 2013:
• Confesión sacramental
• Comunión eucarística
• Oración por las intenciones del Papa
• Peregrinación ante la imagen de Ntra. Sra. del Rocío
• Participación en algún acto sagrado, procesión o ejercicio de piedad mariana
• Oración y meditación ante la imagen, concluyendo con la oración Dominical, el Símbolo de la Fe e invocaciones a la Santísima Virgen María.

Los fieles que por avanzada edad, enfermedad u otra causa de gravedad no puedan realizar la peregrinación durante el periodo indicado, podrán obtener la Indulgencia Plenaria cumpliendo los siguientes preceptos:

• Arrepentimiento sincero de cualquier pecado
• Intención firme de cumplir los preceptos anteriores cuando sea posible
• Unión a las celebraciones jubilares y seguimiento de las mismas
• Ofrecimiento a Dios por la intercesión de María de sus dolores e incomodidades

El Año Jubilar Mariano y Rociero es una oportunidad que Dios, a través de su Iglesia, nos brinda para dar gracias por la misericordia infinita de Dios, nuestro Padre, y para cambiar todos los aspectos oscuros de nuestra vida, empezando a trabajar de nuevo por adecuarnos más a las exigencias del Evangelio. Este año jubilar es un tiempo fuerte que nos invita a peregrinar hacia Dios Padre, teniendo clara nuestra meta: Jesucristo, principio y fin de todo lo creado.