Rezo del Santo Rosario online.
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El rezo del Santo Rosario es inherente a nuestra hermandad desde su fundación por fray Isidoro de Sevilla en 1720, estableciéndose en la parroquia el primer rosario de mujeres existente en Cantillana, y único durante mucho tiempo, con el propósito y fin de cantar y rezar públicamente los misterios del rosario por las calles de la feligresía, acompañando al simpecado con la imagen de
La propia representación de la Virgen María como
Divina Pastora nos invita también al rezo del Santo Rosario. El Padre Isidoro,
en las directrices que dejó escritas para su representación iconográfica,
especificaba que alrededor de la Divina Pastora debían disponerse “muchas
ovejitas, cada una con una rosa en la boca, y su Majestad las toma con su
siniestra mano; símbolo de las Ave Marías, que le cantan en su devotísima
Corona, que son místicas rosas que le ofrecen, y su Majestad cariñosa mucho las
recibe”.
El rezo del Rosario surge aproximadamente en el año 800 a la sombra de los monasterios,
como Salterio de los laicos. Dado que los monjes rezaban los salmos (150), a
los laicos, los cuales en su mayoría no sabían leer, se les enseñó a rezar 150
Padrenuestros. Al pasar el tiempo, se formaron otros tres salterios con 150
Avemarías, 150 alabanzas en honor de Jesús y 150 alabanzas en honor de María.
En el año 1365 se hizo una combinación de los cuatro
salterios, dividiendo las 150 Avemarías en 15 decenas y poniendo un
Padrenuestro al inicio de cada una de ellas. En 1500 se estableció, para cada
decena, la meditación de un hecho de la vida de Jesús o María, y así surgió el
actual Rosario de quince misterios.
El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta
porque junto con él se une la majestuosa historia de nuestra salvación. Con el
rosario, de hecho, meditamos los misterios de gozo, de dolor y de gloria de
Jesús y María. Es una oración sencilla, humilde como María y accesible a todos.
Es una oración que podemos hacer con Ella, la Madre de Dios. De su mano nos dejamos conducir
para contemplar el rostro de Cristo: rostro alegre, luminoso, doloroso y
glorioso. Con el Ave María la invitamos a que rece por nosotros.
El pasado mes de octubre, el Papa Benedicto XVI exhortó a
los católicos a “valorizar la oración del Rosario en el próximo Año de la Fe ”. Con el Rosario, explicó,
"nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los
misterios de Cristo, y día a día somos ayudados a asimilar el Evangelio, de tal
manera que pueda dar forma a toda nuestra vida. Por lo tanto, tras la huellas
de mis predecesores, en particular del Beato Juan Pablo II, quien hace diez
años nos dio la Carta
apostólica Rosarium Virginis Mariae, invito a rezar el Rosario personalmente,
en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María, que nos conduce
a Cristo, centro vivo de nuestra fe".
“El Rosario no se contrapone a la oración litúrgica; es más,
constituye un complemento natural e ideal, en particular como preparación y
como acción de gracias a la celebración eucarística. Si la Eucaristía es para el
cristiano el centro de la jornada, el Rosario contribuye de manera privilegiada
a dilatar la comunión con Cristo, y a mantener fija en Él la mirada del corazón
para irradiar sobre todos y sobre todo su amor misericordioso”.
El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación
de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santo Rosario,
devoción antaño tan arraigada en la vida de muchos cristianos y de nuestras
familias. Nosotros, como católicos y como devotos de la Divina Pastora de
las Almas, hemos de ser también fervientes devotos del Rosario, como recomienda
S.S. Benedicto XVI, en este Año de la
Fe.
Que el rezo piadoso y consciente del Santo Rosario nos
traiga la paz al alma y nos una más estrechamente a María para vivir
auténticamente nuestro cristianismo.