Pontificia, Real, Ilustre, Franciscana y Muy Antigua Hermandad del Santo Rosario de la Divina Pastora de las Almas y Redil Eucarístico -CANTILLANA-

viernes, 15 de febrero de 2013

Año de la Fe, año del Catecismo (I)


En este Año de la Fe promulgado por Benedicto XVI, se conmemora el vigésimo aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, publicado en otoño de 1992 por el Papa Juan Pablo II. En él se expone de forma orgánica, sistemática e íntegra la fe de la Iglesia en el lenguaje acreditado por la tradición.

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica es un texto más breve y más fácil de leer, que contiene todos los elementos esenciales de la Fe y de la moral católica, formulados de una forma sencilla y accesible a todos, y en el que se encuentra la exposición armoniosa y auténtica de cuanto los católicos tenemos que creer y de aquello que hemos de practicar. Siguiendo la estructura del Catecismo, se divide en cuatro partes en las que, como dijo Benedicto XVI “se presenta a Cristo profesado como Hijo Unigénito del Padre, como perfecto Revelador de la verdad de Dios y como Salvador definitivo del mundo; a Cristo celebrado en los sacramentos, como fuente y apoyo de la Iglesia; a Cristo escuchado y seguido en obediencia a sus mandamientos, como manantial de la existencia nueva en la caridad y en la concordia; y a Cristo imitado en la oración, como modelo y maestro de nuestra actitud orante ante el Padre”.

Desde nuestro blog hace tiempo que nos sumamos a la difusión del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, ofreciéndolo a nuestros lectores en la sección de “Formación Permanente”, donde se encuentra el texto íntegro a su disposición. En este Año de la Fe queremos darle un protagonismo especial a esta publicación vital para la evangelización y la transmisión de la fe, por lo que a lo largo del año vamos a ir desglosando periódicamente su contenido desde este espacio que hoy, en este comienzo del tiempo santo de la Cuaresma, estrenamos, porque, como dice nuestro Arzobispo Juan José Asenjo, su difusión “puede contribuir a dar un nuevo impulso a la evangelización, a la catequesis y a la renovación y fortalecimiento de nuestra fe en este año de gracia”, constituyéndose como “un instrumento de formación, información y consulta de las familias cristianas, como ayuda en la educación de los hijos en la fe y como vehículo de comunión de todos los cristianos de Sevilla en la misma fe de la Iglesia”.


CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (COMPENDIO)

 PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCIÓN
«CREO» – «CREEMOS»

1. ¿Cuál es el designio de Dios para el hombre?
Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. En la plenitud de los tiempos, Dios Padre envió a su Hijo como Redentor y Salvador de los hombres caídos en el pecado, convocándolos en su Iglesia, y haciéndolos hijos suyos de adopción por obra del Espíritu Santo y herederos de su eterna bienaventuranza.

CAPÍTULO PRIMERO
EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

«Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza (…). Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti» (San Agustín).

2. ¿Por qué late en el hombre el deseo de Dios?
Dios mismo, al crear al hombre a su propia imagen, inscribió en el corazón de éste el deseo de verlo. Aunque el hombre a menudo ignore tal deseo, Dios no cesa de atraerlo hacia sí, para que viva y encuentre en Él aquella plenitud de verdad y felicidad a la que aspira sin descanso. En consecuencia, el hombre, por naturaleza y vocación, es un ser esencialmente religioso, capaz de entrar en comunión con Dios. Esta íntima y vital relación con Dios otorga al hombre su dignidad fundamental.

3. ¿Cómo se puede conocer a Dios con la sola luz de la razón?
A partir de la Creación, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad y belleza infinita.

4. ¿Basta la sola luz de la razón para conocer el misterio de Dios?
Para conocer a Dios con la sola luz de la razón, el hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar por sí mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios ha querido iluminarlo con su Revelación, no sólo acerca de las verdades que superan la comprensión humana, sino también sobre verdades religiosas y morales, que, aun siendo de por sí accesibles a la razón, de esta manera pueden ser conocidas por todos sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla de error.

5. ¿Cómo se puede hablar de Dios?
Se puede hablar de Dios a todos y con todos, partiendo de las perfecciones del hombre y las demás criaturas, las cuales son un reflejo, si bien limitado, de la infinita perfección de Dios. Sin embargo, es necesario purificar continuamente nuestro lenguaje de todo lo que tiene de fantasioso e imperfecto, sabiendo bien que nunca podrá expresar plenamente el infinito misterio de Dios.