CAPÍTULO SEGUNDO
DIOS VIENE AL
ENCUENTRO DEL HOMBRE. LA
REVELACIÓN DE DIOS
6. ¿Qué revela Dios al hombre?
Dios, en su bondad y sabiduría, se revela al hombre. Por
medio de acontecimientos y palabras, se revela a sí mismo y el designio de benevolencia
que él mismo ha preestablecido desde la eternidad en Cristo en favor de los
hombres. Este designio consiste en hacer partícipes de la vida divina a todos
los hombres, mediante la gracia del Espíritu Santo, para hacer de ellos hijos
adoptivos en su Hijo Unigénito.
7. ¿Cuáles son las primeras etapas de la Revelación de Dios?
Desde el principio, Dios se manifiesta a Adán y Eva,
nuestros primeros padres, y les invita a una íntima comunión con Él. Después de
la caída, Dios no interrumpe su revelación, y les promete la salvación para
toda su descendencia. Después del diluvio, establece con Noé una alianza que
abraza a todos los seres vivientes.
8. ¿Cuáles son las sucesivas etapas de la Revelación de Dios?
Dios escogió a Abram llamándolo a abandonar su tierra para
hacer de él «el padre de una multitud de naciones» (Gn 17, 5), y prometiéndole
bendecir en él a «todas las naciones de la tierra» (Gn 12,3). Los descendientes
de Abraham serán los depositarios de las promesas divinas hechas a los patriarcas.
Dios forma a Israel como su pueblo elegido, salvándolo de la esclavitud de
Egipto, establece con él la
Alianza del Sinaí, y le da su Ley por medio de Moisés.
Los Profetas anuncian una radical redención del pueblo y una
salvación que abrazará a todas las naciones en una Alianza nueva y eterna. Del
pueblo de Israel, de la estirpe del rey David, nacerá el Mesías: Jesús.
9. ¿Cuál es la plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios?
La plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios es
la que Él mismo llevó a cabo en su Verbo encarnado, Jesucristo, mediador y
plenitud de la
Revelación. En cuanto Hijo Unigénito de Dios hecho hombre, Él
es la Palabra
perfecta y definitiva del Padre. Con la venida del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido
plenamente, aunque la fe de la
Iglesia deberá comprender gradualmente todo su alcance a lo
largo de los siglos.
«Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una
Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta
sola Palabra, y no tiene más que hablar» (San Juan de la Cruz )
10. ¿Qué valor tienen las revelaciones privadas?
Aunque no pertenecen al depósito
de la fe, las revelaciones privadas pueden ayudar a vivir la misma fe, si
mantienen su íntima orientación a Cristo. El Magisterio de la Iglesia , al que
corresponde el discernimiento de tales revelaciones, no puede aceptar, por
tanto, aquellas “revelaciones” que pretendan superar o corregir la Revelación definitiva,
que es Cristo.
(Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica)