“La idea es esta: Píntase un campo poblado de árboles y de flores; y en medio de él, sentada en una peña, la Sacro-Santa imagen, vestida con una túnica talar, de color purpúreo. Sobre ella tiene un pellico, que imita al vellón de lana de una oveja, ceñido a la cintura con un cíngulo; y sobre él terciada una mantilla celeste; tiene también un sombrero como de palma, caído a la espalda y afianzado por delante al pellico con unas cintas; y entre el brazo y el pecho, un pastoril cayado, que todo es traje y vestido propio de pastores. Alrededor de este Simulacro, hay muchas ovejitas, cada una con una rosa en la boca, y su majestad las toma con su siniestra mano; símbolo de las Ave Marías, que le cantan en su devotísima Corona, que son místicas rosas que le ofrecen, y su Majestad cariñosa mucho las recibe. La mano diestra la tiene puesta sobre la cabeza de una ovejita, que se reclina en su regazo; en que nos dice el amor con que acaricia a los que se declaran por ovejas suyas.”
Fray Isidoro de Sevilla